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Notas Biográficas
Por Antonio Caputo


Heinrich Josef Watzke nació el 20 de abril de 1938 en Leitmeritz, por aquel entonces pertenecía a Checoslovaquia y hoy en día a la República Checa, sus padres eran de origen alemán.

Heinrich Joseph, en casa llamado Heinz, así lo llamaremos de ahora en adelante, creció con su madre, con su abuela materna y con su tía, hermana soltera de la madre. El padre, que estuvo en la guerra, pidió el divorcio a su regreso ya que durante ese tiempo había formado otra familia. Por tanto, para Heinz, el padre fue casi un desconocido: tenía sólo dos años cuando su padre se fue y sólo lo vio una vez cuando ya era adolescente.


Por consiguiente Heinz creció y vivió con la madre, Valeria, que trabajaba en un taller de peletería, la tía Paulina, ayudante de farmacia y la abuela Adelaida, que trabajó como cocinera cerca de Ausburgo; y era con ella que se pasaba la mayor parte del día. Estas tres mujeres le dedicaron toda su vida y todo su cariño. Durante la guerra, con la ocupación alemana de la ciudad de Leitmeritz, la vida a las tres mujeres no fue fácil, lo protegieron siempre de los peligros e incluso sin estar en la abundancia no escatimaron nada y lo educaron con esmero.

Una vez finalizada la guerra y la ocupación, se vieron obligados a dejar la ciudad de Leitmeritz como tantos otros ciudadanos de origen alemán, emigran pues a Alemania, primero se establecieron en el sur de Baviera, y después a Würzburg, allí la tía Paulina encontró al farmacéutico junto al cual ella trabajo en Leitmeritz. En Würzburg, Heinz estudió y acudió al Instituto de Arte, donde con sólo 19 años, ganó el primer Premio de Artes Gráficas.

Continua sus estudios y simultáneamente se dedica al arte. Pronto la ciudad de Würzburb le resultará pequeña y el solo se traslada a Munic.

En aquel año muere la abuela, la madre y la tía, permanecen en Würzburg, Heinz mantiene frecuentes contactos con ellas por carta.

Heinz, para sobrevivir en Munic, incluso estudiando, trabajando en un taller de animación gráfica, pintando y exponiendo, hacía de figurante en el teatro de la opera. Amante como era de la música lírica unía el trabajo al placer. Después, en 1961, fue contratado como diseñador técnico en el estudio de arquitectura de los hermanos Düll, hijo del famoso escultor de principios del XIX. Heinrich Düll fue uno de los autores del monumento situado en el Parque Inglés, coronado por un Ángel dorado que domina la ciudad.

Los hermanos Düll intuyen la creatividad de su colaborador y Heinz consigue con la capacidad que le era propia, transmitirles su propio entusiasmo e involucrarlos con sus propios proyectos. Pronto le darán más espacio, más libertad para poder ausentarse por largos periodos, para realizar exposiciones y para emprender diversos viajes por Europa, el norte de África y a los Estados Unidos.

Desde 1962 realiza un continuo de exposiciones, por citar algunas: Würzburg, Osnabrück, Kiel, Munic, Rabat, Estocolmo, Viterbo, Berlín, Vitorquiano, Roma, Venecia, Todi, y la última en el 2000 en el Palacio Farnese de Gradoli.

Durante su actividad artística se le atribuyen premios y reconocimientos de diversas Academias de las Artes y del Trabajo, de la Orden Internacional de Voluntarios de la Paz, de la Academia de los Maestros de Pralboino, de la Interamerican University of Humanistic Studies de Florida, Estados Unidos, del Instituto Europeo de Cultura Popular y Ambiental, como reconocimiento de su actividad artística y cultural desarrollada a favor de la sociedad europea contemporánea.

Heinz fue varias veces a Italia y a Roma, y en 1973 durante unas vacaciones en Roma con el arquitecto Franz Düll, Heinz expresa el deseo de pasar largas temporadas en Roma y de alquilar una casa. El arquitecto está de acuerdo con esta idea, y Heinz se encuentra una casa en las proximidades de Piazza del Popolo.

Empiezan los años de frecuentes viajes entre Roma y Munic, donde al mismo tiempo, se habían trasladado la madre y la tía, ahora muy mayores.

Pero, como si no fuese poco todo aquello que llevaba entre manos, decidió licenciarse por segunda vez en Berlín en la antigua Academia prusiana de las Bellas Artes, fundada en 1696 y ahora Universität der Künste de Berlín.

Durante las estancias en Roma, acude a las galerías de arte y a los ambientes artísticos de la ciudad como el Caffè Greco, Rosati en la Piaza del Popolo, la Galería Marlborough, la Galería Il Segno, La Pesa…Encuentra amigos artistas alemanes: Heinz von Cramer, Fabius Gugel, Lothar Ficher…

Hacia finales de 1975, está cada vez más convencido de establecerse en Italia y de comprarse una casa. Un amigo lo invitó a la casa que tenía en Vitorquiano, en el alto Lazio y Heinz, fascinado por el paisaje y por el crisol cultural de aquel lugar, pidió hospitalidad a su amigo para quedarse algún tiempo. Empezó a indagar para comprarse una casa y la encontró a cuatro quilómetros de Vitorquiano.

En 1980 Heinrich Josef Watzke cambia el nombre. El arquitecto Franz Düll además de ser su jefe en los años que trabajó para él, se convirtió casi en el padre que Heinz hubiese querido tener.

Franz Düll, afectado por un cáncer que en poco tiempo lo llevará a la muerte, y sintiéndose responsable de la vida del joven artista, decide adoptarlo sin excluir de la vida de Heinz la figura de su madre.

Así pues, desde 1980 su nombre será Heinrich Josef Düll.

Por tanto encontramos sus obrar firmadas durante más de veinte años como Heinz J. Watzke después como Heinz J. Düll, y en el momento de transición, incluso buscó sobreponer Düll a Watzke. Pero Heinz ahora vivía en Italia y se encontró con problema de pronunciación y de escritura con su nuevo apellido Düll. En efecto, en las teclas de las máquinas de escribir italianas y de los ordenadores no existe la “ü“ para suplir tal falta a la “u” sin diéresis se añadió la “e”. Por tanto, encontramos algunas de sus obras firmadas Heinz J. Duell. Esperamos no haber causado confusión, como el Artista nos la ha creado a nosotros.

Son estos años de éxitos y de afirmaciones, pero también de grandes lutos porque empiezan a faltarle afectos tan importantes como Franz Düll y algunos años más tarde, la tía Paulina.

Heinz no se rinde, aprieta los dientes, carga su equipaje y va adelante con toda su obstinación. En su casa próxima a Viterbo, crea su reino de vida y de trabajo. Continuará viajando, creando obras y haciendo exposiciones.

En 1999 descubre que tiene un tumor en la garganta: lo afronta con todas sus fuerzas, continuará viajando, y a los amigos que le eran más cercanos, a quienes no quería incomodarles de su situación y a mi, (quién escribe estas notas biográficas), encontró la excusa de que la voz ronca era causada por un resfriado. Este detalle es para haceros comprender el carácter de Heinz.

El primero de agosto del 2001 a la edad de 63 años muere en Munic, dejando una vasta producción artística realizada con pintura, acuarela, obra gráfica, cerámica…

Fue enterrado en el cementerio de Ostfriedhof, cerca de la tía Paulina. La madre, Valeria, muere dos meses después a la edad de 93 años.

Traducción de Lydia Torres Bueno


barcelona@duellmemorial.com