Gianni Moneta - 1984 Heinz von Cramer - 2000 Herbert Pagani - 1976 Paolo Rizzi - 1990 Pubblio Dal Soglio - 1987 Toni Kienlechner - 1984 Toni Kienlechner - 1986 Toni Kienlechner - 1988 Testimonianze visitatori - 1990 Testimonianze visitatori - 1991 |
Pubblio Dal Soglio escribió de él en 1987
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Escribe Bernhard Berenson que en una obra pictórica prevalecen los valores de la forma, que él, con un término que ha hecho historia, llamaba “valores táctiles”.
Y estaba tan obsesionado a aquellos valores táctiles que debían dar al espectador el sentido del peso de los cuerpos y de las cosas figurando pretender un efecto atmosférico.
Así, sólo Cezanne fue capaz de una empresa tan atrevida. Pero con el paso del tiempo se da cuenta de que es mucho más ámplia la gama de los valores, de las motivaciones, en pocas palabras del lenguage del arte.
La ligereza o mejor la levedad de la forma no es menos cierta que su ponderabilidad. Esto es válido especialmente para los paisajes, donde el cielo, las nubes, el mismo aire tienen necesidad de ser de alguna manera sustituidos como si los hubiéramos ya saboreado o incluso dados, como si la obsesión de la vida cotidiana se hubiese enajenado de ellos. Así que si un valor predominante me parecía identificable en varias obras de Heinz J. Düll, era en esta frescura no meridiana, temerosa, absoluta; gaseosa y tonificante, rica de medias tintas dadas con un toque seco, limpio y discontinuo.
Aquellos fragmentos en donde los antiguos barrios se funden en el paisaje, no se sabe si por un proceso de sublimación o de condensación son sin duda muy atractivos y te miran y remiran con un punto de commoción.
Distinto parece el proceso que lleva al autor a componer las naturalezas muertas.
Hay algo diluido en la pincelada sutil que parece a veces una fina tela de araña, dentro del cual permanece atrapada la imagen. En este punto, es el color determinado con gusto que separa las cosas de los fondos y las determina con gusto y vivacidad.
Traducción de Lydia Torres Bueno |